En la proximidad de las elecciones las campañas abundan y sobran. Un caso que refleja fuertemente lo que digo es el de Mariano Mansilla. Su campaña comenzó hace, por lo menos, 2 meses con afiches en la calle.

Después de la elección de diputados se aumentó la dimensión de la campaña. Se expandió a propagandas televisivas y radiales, así como también a altoparlantes que giran por la ciudad.

Este candidato a concejal para la ciudad de Neuquén, llevó siempre la campaña al límite de lo correcto. Creo fuertemente que el himno de la provincia nos pertenece a todos y por tanto no debería ser usado para la campaña, ni de él, ni de nadie.

La propaganda política que podemos ver varias veces al día en el canal local es indignante. Disfrazar un acto patrio como el día de la bandera con banderitas que hacen política tampoco me parece éticamente correcto.

Hay muchas formas de hacer campaña pero ojala que algún día podamos llegar a comprender que hay cosas que se deben respetar. Y lo primero a respetar es la ciudad.

Una cosa debe quedar clara el himno es de todos y la frase “Neuquén es compromiso”
es parte de él y autoría de Osvaldo Arabarco.

No es una cuestión ni personal, ni ideológica. No es, tampoco, que el resto de los políticos hagan campaña de una forma más “sana”. Es sólo rescatar algo que no le hace bien a Neuquén.

En épocas eleccionarias la propaganda política nos vuelve locos sobre todo la semana previa de la veda electoral, donde se torna insoportable.

En la últimas elecciones los candidatos para diputados ya los conocíamos. Sin embargo prendíamos el televisor y en los cortes la mitad se trataba de propaganda política. Salíamos a caminar al centro y las canciones de cada partido nos aturdían. Caravanas y afiches por todos lados completaban el panorama.

Las dimensiones de las campañas llegaron a niveles increíbles pero ciertos. Los candidatos siempre encuentran lugares inimaginables para hacer campaña.

La propaganda política cansa a todos y además transforma a la ciudad en un collage desprolijo propio de un nene de dos años. Pintadas y afiches gigantes generan una contaminación visual que la padecemos todos.

La ordenanza Nº 10009 en su Anexo IV sobre publicidad urbana prohíbe la propaganda política fuera de los carteles dispuestos para tal fin. Cosas que no se respeta y que nadie hace nada.

La misma ordenanza determina que en 30 días corridos después de las elecciones, los partidos deberán retirar todo. En caso contrario deberían ser multados y obligados a cumplir con lo que la legislación establece. Esperemos que sea así por el bien de la ciudad.

La situación de saturación también se vivió con las internas del MPN y se viene lo mismo con la campaña para concejales.