Ciudad rayada
Muchos puntos de la ciudad son víctimas de las manifestaciones, del vandalismo o de las elecciones. Los más famosos son:
::: monumento a San Martín
::: municipalidad
::: gobernación
::: hospital provincial
::: dependencias públicas
::: paradas de colectivo
::: esquinas
La mayoría de los edificios públicos o sus alrededores, después de una manifestación quedan todos escritos sin razón. Los reclamos nos lo van a atender las paredes y los funcionarios no sienten la presión de las pintadas. Lo único que se obtiene es una ciudad toda rayada. Y se produce gastos en pintura, de otra forma, innecesarios.
Una pared con color uniforme es pecado. Es un imán para graffitis de todo tipo. No importa si es una casa, un edificio público o un negocio, las paredes terminan todas rayadas. El resultado es un ciudad con aspecto de abandono. ¿Cuál es la gracia de rayar las paredes?
Los pintadas y pegatinas políticas también se estampan en cualquier lado. A pesar de que la ordenanza Nº 10009 en su Anexo IV sobre publicidad urbana lo prohíbe.
La propaganda política está permitida en carteles públicos creados para tal fin, o en inmuebles privados con autorización de su dueño. De todas formas al finalizar las elecciones los partidos tienen la obligación de limpiar todo. Pueden demorarse como máximo 30 días
Bueno sería que los partidos cumplieran. Pero por lo general no es así. Y sólo, con suerte, se retira una pequeña parte de lo que se coloca.
Es hora que nos demos cuenta de que una ciudad más linda depende de nosotros. Tenemos que entender que la ciudad somos todos. Y que estas práctica no tienen sentido.