Baldíos tierra de nadie

Es común encontrar en la ciudad de Neuquén baldíos llenos de yuyos y basura. Forman un foco de infecciones que afectan a toda la población.

Está demás decir que existe una ordenanza que legisla las condiciones de higiene. Establece la obligatoriedad de mantener los terrenos sin residuos.

"Comprobada la infracción y labrada el acta de inspección pertinente se deber notificar al propietario...para que en el plazo de quince (15) días corridos...proceda a la limpieza..." dice la legislación. También establece que pasado el plazo, se cobrará una multa y la Municipalidad se hará cargo de la ejecución de los trabajos.



Esto no funciona así. Y además ¿qué sucede cuando el terreno es fiscal? ¿quién se hace cargo?. Por supuesto que es necesario que el estado haga lo que debe hacer. Pero de todas formas es responsabilidad de todos. Hay que tomar conciencia que una ciudad mejor no depende sólo del gobierno sino también de la sociedad.

Los baldíos se transforman en el lugar perfecto para robos, violaciones y crímenes. Los yuyos ofician de paredes que esconden lo que pasa allí.

Muchas veces un baldío se convierte en un basural por los residuos que los vecinos tiran allí. Esto significa un peligro inconmensurable para la salud. Además del olor nauseabundo y el mal aspecto estético que aporta a la ciudad.

“Bueno, sí, pero no”: es así tiramos nuestra basura en cualquier lado, no nos encargamos de los baldíos. Pero no, no nos hacemos cargo de nuestra responsabilidad para que la ciudad mejore. Hagámonos cargo de la parte que nos toca.

Video de terrenos baldíos convertidos en mini basurales. Ubicados en calle Leguizamon al fondo.